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Egyptian Tourist Authority

Punto de encuentro entre África y Asia, la excepcional situación geográfica de Taba, en el extremo del golfo de Aqaba, frente a Arabia Saudita, hizo de ella una parada obligada en la ruta de las caravanas desde el siglo XIV. Fue la última parte del Sinaí devuelta a Egipto por Israel en 1989, convirtiéndose en un puesto fronterizo, y hoy en día continúa siendo el destino privilegiado de los israelíes y de turistas del mundo entero a partir de la puesta en marcha del aeropuerto internacional, a 45 km. de la ciudad.

Taba Heights
19 km. al sur de Taba.Estación balnearia en plena expansión, es codiciada por las grandes cadenas hoteleras internacionales debido a sus playas y sus excepcionales arrecifes de coral. Taba Heights es un impresionante complejo turístico abierto todo el año, idealmente situado en uno de los lugares más hermosos de la península egipcia del Sinaí.

Las actividades
Además de otras actividades tradicionales como el tenis o el golf, los hoteles ofrecen todo un abanico de deportes náuticos con el fin de hacer aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece el Mar Rojo: windsurf, esquí náutico, vela, excursiones al mar, pesca o kayak en el mar. Desde luego, la riqueza de los fondos marinos hace indispensable llevar gafas de buceo. La poca profundidad a la que se encuentran los arrecifes y la ausencia de fosas permiten disfrutar a quienes buceen en apnea de la belleza de los corales. Los puntos fuertes de la región son la variedad de su vida animal o la posibilidad de observar especies endémicas, como el pez sapo, además del buen estado de conservación de los arrecifes.Numerosos clubes de buceo ofrecen cursos y salidas diarias. Los instructores llevan a los buzos a los lugares más aptos, donde haya total seguridad. Los trayectos duran un máximo de una hora y media, aunque frecuentemente mucho menos. Las zonas se caracterizan por su fondo arenoso salpicado de «patatas» de coral, y esconden un amplio abanico de vida acuática, desde hipocampos hasta delfines. Debido a la ausencia de corrientes y a la naturaleza de los arrecifes, constituyen lugares ideales para el aprendizaje, satisfaciendo plenamente los deseos de fotógrafos y buzos de todos los niveles. El Fiordo, con su topografía en forma de pozo, el Acuario y la variedad de sus especies, y Mersa el-Muqabila, donde si tiene suerte se topará con un águila de mar, cuentan entre los lugares más conocidos de la zona. Para quien no se encuentre cómodo en un barco, existen lugares muy bonitos, accesibles desde la costa, que abundan en la vida marina: el House Reef, o el Marina Bay, a dos minutos en todoterreno.

Los beduinos
Al exterior de los complejos hoteleros de Taba Heights están instalados muchos campamentos beduinos. El desierto del Sinaí pertenece a este pueblo, que perpetúa sus tradiciones nómadas seculares de ganadería y comercio. Casi 70.000 beduinos, repartidos en una treintena de tribus, viven en él como lo hacían hace miles de años: sin agua potable, sin electricidad, sin teléfono, sin televisión... y respetando a sus ancianos y a sus jefes de clan, que toman las decisiones importantes. Son musulmanes y hablan en árabe, con frecuencia en hebreo y a veces en un inglés aprendido de los turistas. Entre los uadis y las altas mesetas, los beduinos representan el alma de este desierto multicolor.
Isla del faraón (Geziret Faraum)
5 km. al sudeste de Taba. Acceso por barco, abierto todos los días de 8 a 17 h. Entrada de pago. A 250 metros de la costa flota una pequeña isla de granito rodeada de coral y coronada por la magnífica fortaleza de Saladino, construida por los cruzados en el siglo XII y restaurada recientemente por el Consejo de Antigüedades Egipcias. Esta isla, llamada Faraum, constituyó hacia finales del siglo XII un emplazamiento estratégico para el califa Saladino, que la transformó en base para sus soldados. Desde aquí, podía controlar el comercio de provisiones provenientes de Asia y extorsionar a los peregrinos que se dirigían a La Meca. Desde el calabozo, las costas de Arabia, Jordania e Israel se ofrecen a los ojos en una vista panorámica que corta el aliento.
El Cañón Coloreado
70 km. al suroeste de Taba.Es un magnífico paseo de dos horas a través de un dédalo de arenisca en tonos que van del malva, amarillo, ocre o rosa hasta el verde o el azul... Maravillados, deambulamos por el curso de ríos secos. Las formas ondulantes y la altura de las rocas, que llegan a los 50 metros, obligan de vez en cuando a realizar una pequeña escala. Los restos fósiles y la erosión de las rocas certifican el pasado submarino del cañón. Aquí, más que en cualquier otro lado, escuchamos el silencio de las piedras.

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